El dolor en las articulaciones se caracteriza por malestar, dolor o molestia en las articulaciones, donde se encuentran dos o más huesos. Los síntomas pueden incluir hinchazón, enrojecimiento, rigidez y disminución del rango de movimiento en la articulación afectada. El dolor articular puede estar localizado en una sola articulación o involucrar múltiples articulaciones en todo el cuerpo. La gravedad de los síntomas puede variar, desde una leve molestia hasta un dolor severo que impide las actividades diarias. Puede ser el resultado de varias causas, como lesiones, inflamación, artritis o condiciones médicas subyacentes. El diagnóstico y tratamiento adecuados son esenciales para aliviar el dolor articular y mejorar la salud general de las articulaciones.

El dolor en las articulaciones a menudo resulta de la artritis, que incluye la osteoartritis (daño por desgaste en el cartílago articular) y la artritis reumatoide (una condición autoinmune que provoca inflamación en las articulaciones). Otras causas abarcan lesiones como torceduras o distensiones, bursitis (inflamación de las bolsas de amortiguación alrededor de las articulaciones) y tendinitis (inflamación de los tendones). La gota, una acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, y condiciones infecciosas como la artritis séptica, también pueden conducir a dolor en las articulaciones. En algunos casos, el dolor articular puede estar vinculado a problemas médicos subyacentes como el lupus o la enfermedad de Lyme. Identificar la causa específica es vital para un tratamiento adecuado y el manejo del dolor.